Sueño a la deriva



No hay quien sea la madera
ni quien hable de frente
a tu nariz desierta
o a esos ojos tan negros
sudando olivo y agua
en el centro de todo
en la persecución
del galope y la marea
por aquella serpiente
en sus grito la hierba
finge asirse del freno
subirse a cada estaca
coronarte de oro
y verte con rencor
pero es su silueta
la que daña y que miente
por mantener secreta
tanta arena del suelo
su lengua de escarlata
corazones tan solos
un barco sin timón.

100 días creativos 22/100

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