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Mostrando las entradas de 2017

Sordo

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Barco de cartón blanco testimonio de fuerte bramido ciego grillo en la montaña de vuelta a la noria clavo esmeralda. 100 días creativos 69/100

Espíritu

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El tiempo se piensa cruel cruenta la espada sangre en la luz de la aurora piel de arrebol columna de sempiterno vestido de perla. El cielo vivo y yo río de alborozo colina niebla perdida tiempo sosegado que duerme su desnudez con las hojas secas. El ciervo se ensucia gris fauces de la sombra en las palabras silentes tiembla y yo despierto al rapto de tu vahía espalda secreta. 100 días creativos 68/100

Impretérrito Dios

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         I Es supernova cosmos y caos cuentas de cristal crueles salamandras a ciegas duermen cíclicos mueren de calor colosos cortados química seca su frente.          II Son gatos, Dios, y zapatos en la calle son lenguas sombra sendero fresco siglos de sal grillos vencidos son Dios la vista de soslayo suelo fatuo silencio envejecido sepulto secreto mundo un sueño. 100 días creativos 61/100

Olvido en el mar

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No se puede olvidar en el mar.  Quien lo intenta simplemente no puede olvidar en el mar. De la espuma se cubre el cristal: sal cobriza, luna llena que jamás dejará de mirar. Muere pronto el olvido en el mar y marchitándose el viento el olvido se pierde en el mar. 100 días creativos 65/100

Verano

Asiento hueco mientes como la sombra. Ella se ha ido. 100 días creativos 31/100

Santo y seña

Debe decirse tres o cuatro veces tu nombre piedra de río boca de la ciencia perdida líquido ciego santo y seña viva despierta. 100 días creativos 30/ 100

Extenso (minificción)

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Hacía ya mucho frío y me atreví a preguntarle: - "Lo breve o larga que sea tu respuesta, dime si quieres que vuelva a hablarte".- -  100 días creqtivos 29/100

El beso único

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Se entiende que es absurdo escribir sobre un beso porque todo se ha dicho y todo se ha descrito. Pero no escribir sobre un beso porque ya se le conoce es como no volver a besar porque ya se ha besado antes. En especial si se habla de lo único de un beso que puede germinar de diferentes semillas, llover de muchas nubes o regalarse en diferentes envolturas. Un beso es único, pues, por multitud de razones. Generalmente piensa el mundo que un beso tiene mucosa o un hidrostato muscular como raíz pero los besos nacen desde muchos lugares del tiempo y pueden ser sinceros, sin eros, apócrifos, metdológicos y, aún así, inigualables en su forma. Las familias se aman con frentes, hombros y besos que dan los brazos o mejillas que específicamente son depositarias de microhumanos y microbios benevolentes.  Puede haber diferentes afiliaciones con los besos, o diferentes colores; algunos muy anaranjados, algunos terriblemente verdes.  A veces los besos están tan cansados de soñar que n...

Saeta bermeja

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Bermeja saeta bermeja santa saeta bermeja sucinta y serena. Estambre seco estambre sucio seco estambre soledad simple. Sendero secreto sueño secreto sacrosanto. Oscuro sacro simluacro sincero. 100 días creativos 27/100

Falso abeto

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              I Apenas fue hace dos días aquel último cumpleaños en que cumpliste a medias con tu partida temprana de la leyenda oscura dejaste trunca tu voz como hoy un día domingo junto a los ojos del sol. Así lo fue para el mundo para mí fue mucho antes el día anterior a tu suerte con esas manos de cedro tus piernas de falso abeto como de lárice y pino fueron tus ojos caoba de un adorno muy ingrato en una cama de plumas.           II De pino, de todos los pinos cada uña y el frío dedo con la ausente voz de los muertos deja lúgubre su memoria en la insigne voz de los muertos mensaje después de la muerte montaña que no hay que pisar porque ahí hablan los muertos tan lejos de esta nariz sembrando la sal de la lumbre. 100 días creativos 26/100

Kuppi

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Te extraño aunque no te recuerde pero no sufro te admiro de lejos te admiro de cerca, mucho te aprecio. Adolezco de falta de agua solo suspiro tu ausencia pero eres el humo muy denso te desvaneces al fondo de la alta montaña y de sus redes papeles como de algodones barriga de Liutprando que ruge como volcán fértil o como tripa vacía hasta que la boca te regrese a la vida. 100 días creativos 25/100

Remedio para la culpa

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Se dicen muchas cosas sobre cómo vivir la vida y los consejos abundan. Comer manzanas, tomar café, no tomarlo, despertar temprano, más bien no, amar con cautela o sin protección. Conforme los días se han vuelto años he tenido a bien hacerme de una receta propia que no siempre me queda al punto pero se lo achaco más a los cambios de altura y de humedad que a mi falta de pericia en la cocina. No lo digo por presuntuoso sino porque he aprendido más en cuanto a preparar platillos se refiere pero el remedio para la culpa mantiene un estadístico porcentaje de victorias y fracasos temerariamente constante. No es un receta difícil esta pero suele costar bastante en el arbitrario hemisferio de occidente. Es posible que los ingredientes sean más difíciles de conseguir para el judeocristiano o que Noé haya olvidado subirlos al arca y se han perdido para siempre; ahora tenemos que encontrar sustitutos de cambiante efectividad. Sin embargo, supondría yo que quienes tienen un dios encontrarían l...

Las palabras perdidas

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Sucede, como cada cierto tiempo que no determina el día o la noche, que llega otra vez el aire de espinas sigiloso y decidido a oscuras por aquel flanco que esta vez supe guardar de la lluvia en el momento injusto pero certero del alma. El aire es de espinas de nueva cuenta o es un fragmento de vidrio pardo, un salto con redes de mármol blanco, la senda que crece en línea recta para ser nieve, para ser tibio amor de río ahogado en la hierba. Regreso otra vez a los dedos sordos, a mi prudencia muda, a mi propio juego de ser yo mismo para perder de nuevo esta vez los lentes, el corazón o la mancha en el suelo que alguna vez fue lodo en tu zapato. Porque así lo pediste con el pesar del honrado hago honor a mi nombre que es el nombre de algún dios, en la voz de mis padres que es la verdad de las piedras bajo mis ojos. Entonces me quedo así: sin un espejo ni mano que mueva el filo de aquella mesa, de aquella noche mundana donde encontrarte o poder vert...

Sueño a la deriva

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No hay quien sea la madera ni quien hable de frente a tu nariz desierta o a esos ojos tan negros sudando olivo y agua en el centro de todo en la persecución del galope y la marea por aquella serpiente en sus grito la hierba finge asirse del freno subirse a cada estaca coronarte de oro y verte con rencor pero es su silueta la que daña y que miente por mantener secreta tanta arena del suelo su lengua de escarlata corazones tan solos un barco sin timón. 100 días creativos 22/100

Ad nauseam

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Cae la lluvia mojada de abajo hacia arriba. En plena precipitación cae la pluvia de agua humedeciendo el aire. Desde la nube de agua a la gota oxidada que se mueve muy vertical. Desde el cielo hacia la tierra. Desde ese arriba hacia abajo y el charco de gravedad en la voz de tus zapatos de rocío celeste; desde ahí se inunda el río de hidrógeno líquido un viento espeso empapando cada sombra de la calle con la arena de tus ojos. 100 días creativos 21/100

Óbolo

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Es inadecuado verlo todo y más cuando se dibuja tarde con la luz de una mano fría de plomo y de corazón de azufre el éxodo de un rio, la fuente de los mares, tu frente en la lluvia. No hay peso en oro ni pago, ni hermosa perla o plata gris que valiera una sola pestaña, aunque fuera una sola punta, que duerma tan serena, que viva tan inerme, que sueñe en la niebla. 100 días creativos 20/100

Carta inservible #3

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Era mucho muy necesario escribirte ahora mismo antes de que otro día pasara. Eso me dije hace casi ya un año y apenas esta madrugada cumplo con lo dicho. En este tiempo le he dado vueltas y escrito muchos borradores de esta carta desde distintos lugares y diferentes tonos algunos más adecuados o alegres que otros; algunos, más altos o con menos dominicalidad. Yo supongo que no te importa tanto eso pero no te conozco mucho y no lo sé, solo supongo peligrosamente como en otras cosas. Igualmente, como en otras cosas, procuraré ser breve para no quitarte tanto tiempo del día y, claro, quiero asegurarte que no tienes que responder por fuerza a esta carta. Parece ser un medio sumamente impráctico para el mundo moderno y mis cartas no suelen caer en valles óptimos para el eco así que no escribo esperando escuchar algo de vuelta.  Te escribo porque pronto no vas a reconocerme. La adultez logra eso con frecuencia (tanto dejar de reconocer como migrar drásticamente de hábitos). He hecho ...

Al tercer día: el Lago Tanganica

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Al día siguiente del terremoto, nada. Los incansables siguieron, quienes lo hicieron por su trabajo, quienes eligieron no dormir y pelear un lugar sobre los escombros, quienes miraban y tomaban fotos, quienes tenían comida o agua y que eran rechazados en silencio la más de las veces. No yo. Empecé y continué el día pero no como cualquier otro. Aún es temprano cuando no han pasado veinticuatro horas para que el mundo siga girando. Lo hace más lento y más callado; con la cautela de una presa acechando al cazador o como la gente en el metro y en la calle platicando, amándose, peleándose como si nada pero todo hubiera pasado.  El día pasó conmigo cansado de todos los cuerpos. Se contaron historias falsas y verdaderas, la gente vociferó y ayudó, denunciaron a los servidores públicos que no sirven y ensalzaron al civil que se aprestó a ayudar aunque no hubiera sido tan presto en reaccionar. Igualmente ayudó como siguen ayudando tantos. El jueves estuve listo de nuevo y busqué dónde...

Héroe

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Quisiera jamás conocerte ni tu voz ni tu nombre hueco soledad quisiera ser tuyo no de esta libreta no de este dolor ni de esta mugre ni del sol sigilo cuidado para no escucharte que no me busques nunca necio silencio de las piedras ruinas cerbero de la vida lámpara dormida juez de sal brusca corazón silencio. 100 días creativos 17/100

32 años después. Cómo cargué un edificio en un camión

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Era yo una larva muy joven cuando el Terremoto del ochenta y cinco y no tengo ninguna memoria de el evento más que las anécdotas que solía contar mi madre. No ansiaba yo vivir una catástrofe similar para tener alguna historia que contar pero así ha sido y antes de que lo olvide preferí escribirla. Decir que cargué un edificio por supuesto es una exageración porque fuimos varios batallones sino es que un ejército completo. Igualmente es hiperbólico decir que fue en un camión porque fueron docenas de camiones de escombro. El edifico, por el contrario, fueron dos. Escribo desde mi perspectiva de hormiga de la colonia, el insecto más común pero quizás con la sensación de culpa más grande del hormiguero por no ser el más listo como para idear ayudas monumentales, ni el más fuerte como para hacer una diferencia notable, ni el más avispado como para haber prevenido la destrucción. ¿Y si ese creciente vértigo de días anteriores era una señal? ¿Y si era, por providencia o casualidad, un avi...

El análisis, la crítica y otros demonios (PARTE I)

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Me parece prudente empezar marcando algunas líneas en el suelo aunque sea de arena. Trataré de ser claridoso y preciso para que no sea esto un texto más en defensa de o en contradefensa de nada. Si tuve éxito, lo decidirá cada quien, creo, que lea o escuche esto.  En primer lugar, entonces, debo decir que no escribo para justificar mi gusto particular por el reguetón ni ningún otro gusto personal en general. Mucho menos escribo para defender la valía de dicho género, su popularidad o su validez cultural. Me parece más importante, mucho más, desenredar un poco la marañana de críticas hacia el reguetón que aunque todas sean hilos no son todas del mismo color. No es el qué (la crítica) sino el cómo (la forma de la crítica) lo que me interesa por ser un mecanismo que se replica idénticamente en incontables tarimas de repudio y ataque antes que en análisis críticos conscientes de un asunto que resulte desagradable al atacante o con el que esté en franco desacuerdo. Mi intención...

Indeterminada

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Vi un campo de flores y pensé en ti indeterminada tan pero tan blanca. En tus ojos de un color desconocido pensé seriamente sombra entre las sombras. En apenas uno solo de tus dientes cuando te sonríes calma tanta calma. 14/100 Días creativos

Patriotismo sin nación

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Obviando las situaciones favorables y desfavorables en el que se ve inmersa la República Mexicana (y no obviándolas por menosprecio sino porque es materia de otro asunto solo tangente a lo que aquí escribo) y en estos días de este mes en que tanta bandera de tres colores, porras y diatribas se anuncia por doquier, caigo en la cuenta como cada año, y acaso con más claridad, de lo poco mexicano que me siento. Empiezo por marcar ese punto porque hay que empezar de algún lado pero esto no significa la postura polar de 'conmigo o contra mí' que todo "banderero" tricolor o "malinchista" despechado insiste en defender a su modo que generalmente es desprestigiar al otro bando. A lo que me refiero es que no siento un orgullo particular al evento circunstancial de haber sido engendrado en una demarcación territorial artificiosa.  No soy patriota ni 'despatriota', digamos, mi desacuerdo no va a favor o en contra de la zona geográfica ni de la cultura en la ...

La noche de Alejandra

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Soñaba en mis sueños de dueño de algún mundo, del foco, sucio dueño de un foco sucio, puño porcelana en el horno fallido de Hefesto. El más feo clamor enarbola firme y necio estandarte de ancla, feliz presa de mimbre encurtido, regado, devastado su nombre: ojos de nube blanca, pestañas claras, cielo frío y limpio canto, destello sempiterno de sueños sin almohada ni sábanas de espuma que cubran mi letargo de vuelta a la lluvia.

Extravío

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No recomiendan vivir en penumbra pero quise mucho tus manos nuevas anocheciendo la voz de mis ojos niebla, sitio, rumbo de pergamino macilento fruto de polvo joven luz en la selva de gris vestidura donde sigilosa nieve de piedra finge en tu cara que no eres ajena.

Aviso de estación

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         I Ha crecido en la gente la esperanza del otoño fresco gris anaranjado en sus ojos desmenuzan su vestido se levantan como jueces secos para morder las mañanas quedándose calladitos bajo su propio alud de su propia vergüenza          II Yo aún recuerdo tardes brillando de puro espanto porque sé que con la plata  viene la muerte cercando cada órgano nos azota el viento hermoso en una caricia larga del frío más cálido y memoria más certera desciende un volar de mariposas sueltas que nunca llegan al sur.          III Neutros se levantan cantando tan torpes de sus manos sin usar un suspiro al menos uno uno solo de sus gritos una sola joya una rama del árbol de su niñez frío ruin que al fin se vuelve piedra.

Oídos necios (PARTE II)

Le conté a mi amigo sobre el archivo y cómo parecía estar mal porque no escuchaba a la entrevistada. Le pareció peculiar pero prometió pasarme el podcast  que él había descargado. Finalmente me prestó su teléfono un rato y ahí fue donde todo se perdió. Al escuchar la entrevista seguí sin oír la voz de la actriz. Le dije eso a mi amigo, le presté un audífono y, riéndose, me dijo que sus audífonos no funcionaban muy bien, que tenían un falso. Me alivié poco pero le presté el otro audífono y viéndome con cara de 'qué tonto eres', me dijo que la entrevista estaba tal cual. Insistí en que no, que no podía escuchar nada. Medianamente enfadado, desconectó los audífonos y dejó que sonara el teléfono. '¿Ves? Ahí está'. Yo, por supuesto, no podía identificar más que silencio después de cada pregunta. Mi cara de desconcierto hizo eco en la mía y llamando a otro amigo de la oficina le preguntó: '¿Qué oyes aquí?' a lo que el otro contestó 'Pues como una entrevista'. ...

Redundancia

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Sé de buena fuente que ya nadie te escribe. Que toman prestado un nombre, roban canciones y las envuelven en flores que riegan con saliva vieja. No hay quien se tome la molestia tremenda de sembrar cielo en tus pestañas ni de dormir el universo de río seco que nace en todos tus centros, morada de zanates y de insectos verdes con cascabeles de anochecer riéndose todo el viento de Luna gris mientras el reloj se detiene. Nadie más lo intenta, nadie más te escribe. Ni yo que trato de dibujar una goma con qué borrarte cada línea y terminar sin horizontes sé quedarme callado y sería mejor que seguir robándote frío, que navegar con la cabeza tan vacía y seguir sin decirte nada.

Oídos necios (PARTE I)

De niño siempre fui bastante común: no muy alto, no muy flaco, no muy listo, no muy terrible. Y ese niño común se volvió el hombre común que soy ahora con palabras muy usadas, días con sol y a veces sin sol, comida con sal y a veces, desabrida, oficina, fiestas, etc. Por eso llamó tanto mi atención que algo tan asombroso sucediera en un día tan poco interesante. Tan inesperado que jamás escribo pero ahora estoy sentado contándole esto a una pantalla por puro morbo. Hace unas dos o tres semanas estuve recordando mi sueño adolescente de ser actor, las pantallas y las luces: lo normal para todo hombre con aspiraciones de estrellato. Recordé ese día que existió alguna vez una actriz que desapareció. No decayó su fama, simplemente se esfumó de la vida. La recordé por oídas y me di cuenta que no recordaba su rostro. El nombre me era familiar pero no podía ponerle cara al nombre. Cosa muy común porque siempre me ha costado recordar caras y nombres así que en ese momento no me preocupé. Eso ...

Cosas que hablan #1

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Las piernas hablan mucho sobre todo con sus pulgares fríos y especialmente cuando llevamos la ventanilla del auto a media altura. Cuando hay prisa dentro de nuestro mismo auto las piernas hablan y hablan articulando gestos, digitando memorias o solo pasmadas con la boca abierta. Cabizbajas a veces cuando la noticia es grave. En ocasiones he leído lo que una sola pierna dice y es casi grosera su pulcritud. Quizás no grosera sino descarada. Cínica sin fin de saberse tan elocuente que puede quedarse bajo la mesa y dirigir la conversación sin que la noten.

Soneto pobre #1 (1883)

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Se dice que es un asunto cósmico esto del Sol, el humano y la Tierra que aunque los pies nos caliente la hoguera le hemos dejado un vacío inhóspito y ese músculo breve, necrótico de tanto echarle sal a la cabeza sin medir diente ni ojo a la fiera que era más bien un ratón de bolsillo. Ese ratón no sabe del átomo ni de su giro, ni de su voz ronca y jamás imagina que el sándalo era el reino que hasta la luz toca antes que llegue el día volcánico y no haya Sol, ni haya mar ni haya roca.