Las horas desnudas

Son espinas en plena flor
las horas desnudas
Y aunque recién nacidas,
son muy duras y crueles
las horas desnudas;

Frescas, lozanas
dejando en su camino heridas rojas
las horas desnudas
Son jardines colgantes
como lluvia verde de estrellas
las horas desnudas;

Forjan el cosmos
vertical, y blanco y negro
las horas desnudas;

Crecen y se enredan
bajo los árboles sus tiernas espinas
de flores rojas
Crecen y se escapan
con sus hilos congelados
de flores rojas

Se espesan bajo el sol amarillo
y demoran la sonrisa de la noche abandonada
las horas desnudas.

Comentarios

Anónimo dijo…
¿QUé puedo decir? Cada vez que me tropiezo con tu espíritu mi sorazón se regocija. María Tort

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