La única promesa rota
I
Soy injusto
ahora me doy cuenta
al sufrir por el aire frío
que se vuela entre mi sombra
que viaja lejos de mis ojos.
Sufro por mi aliento sin aire
sin pensar si al aire le sobra espacio.
He sido injusto, muy injusto
por dolerme de falta de agua
por gritar de sed a solas
con el llanto seco del abandono
con la saliva hecha polvo.
Me duelen mis manos sin agua
sin pensar si el agua canta su propio olvido.
Soy arbitario y terrible
por sentarme en silencio
tejiendo mi alma en hielo
con ansias del resplandor perdido
con el hueco infausto de vela sin lumbre.
Me permito congelarme sin fuego
sin pensar si el fuego renace de sus cenizas.
He sido déspota
desde el principio lo supe
al vivir lejos de la tierra
añorando su estampa en mis pies
añorando su lengua de sal.
Sobrellevo mi mundo sin rocas
sin pensar si las rocas ya se han vuelto nube.
II
Hice una promesa
de cara a un estanque
como un mar en el tiempo.
Prometí nunca más escribir
prometí perderme en el desierto
lejos de las olas.
Hice una promesa al mar
lo que es decir a mí mismo
una promesa a mi reflejo de estrellas en el agua.
Y aquí estoy
rompiendo mi juramento
escribiendo de nuevo
so pena de morir ahogado
y haber jurado en vano
porque uno gasta más tinta
cuando ya ha muerto.
Aquí estoy, pues,
rompiendo mi juramento
porque quizás el mar se fue
destronado y perdido
y acaso en mi propia muerte
no he escuchado su llanto.
Soy injusto
ahora me doy cuenta
al sufrir por el aire frío
que se vuela entre mi sombra
que viaja lejos de mis ojos.
Sufro por mi aliento sin aire
sin pensar si al aire le sobra espacio.
He sido injusto, muy injusto
por dolerme de falta de agua
por gritar de sed a solas
con el llanto seco del abandono
con la saliva hecha polvo.
Me duelen mis manos sin agua
sin pensar si el agua canta su propio olvido.
Soy arbitario y terrible
por sentarme en silencio
tejiendo mi alma en hielo
con ansias del resplandor perdido
con el hueco infausto de vela sin lumbre.
Me permito congelarme sin fuego
sin pensar si el fuego renace de sus cenizas.
He sido déspota
desde el principio lo supe
al vivir lejos de la tierra
añorando su estampa en mis pies
añorando su lengua de sal.
Sobrellevo mi mundo sin rocas
sin pensar si las rocas ya se han vuelto nube.
II
Hice una promesa
de cara a un estanque
como un mar en el tiempo.
Prometí nunca más escribir
prometí perderme en el desierto
lejos de las olas.
Hice una promesa al mar
lo que es decir a mí mismo
una promesa a mi reflejo de estrellas en el agua.
Y aquí estoy
rompiendo mi juramento
escribiendo de nuevo
so pena de morir ahogado
y haber jurado en vano
porque uno gasta más tinta
cuando ya ha muerto.
Aquí estoy, pues,
rompiendo mi juramento
porque quizás el mar se fue
destronado y perdido
y acaso en mi propia muerte
no he escuchado su llanto.
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