Me gusta el invierno en octubre

Cuando me levanto en las mañanas
(que suele ser casi siempre)
siento el aire risueño tras la sábana
y fuera de mi cobija caliente.

Siento que el frío en este mes
entierra en el cielo cualquier molestia
y limpia el brillo del aire
que transforma nuestros ojos en plata,
perpetuo pero nunca inamovible .

Me resucita el piso en mis pies
ambos roncos por la temperatura
sin necesidad de mirarlo fijamente.
Mis dedos pisan el suelo muy arriba
donde se puede tomar la nieve

en tragos gruesos de aire
o en rocas de hielo con sal
aunque la verdad me entristece
soñar aquel bosque de alas desnudas
y el vuelo negro del cisne.




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