Horas de extraño III

El detalle, el petit détail, es que si se ama, se extraña. Se desea, se piensa, se presiente y se duele uno. Algunas veces duele la panza; otras, la cabeza. El corazón, siempre. Incluso llegan a doler los brazos, las pupilas o la lengua según la hora o el clima.

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