Ajeno

Esta noche siento tu repudio;
repulso animal de quietud y sombras.
Siento escurrir por todo recoveco
el estiercol de sangre con sus delicias
de clavel.

Te miro, en espejo, con tu izquierda
mal parada en la diestra
y tu siniestra mentecilla dialéctica
erguida entre ramas
torcidamente derechas.

Bebo tus ojos de orquídea
enredada y mordida
aborrecido por la ineptitud
salvaje de los ismos.

Todo por un ya basta
de fumador pasivo
y pregones de gloria perdida
en la aurora de ayer.

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