II

Cada noche, cuando temo, te abrazo de lejos
para estar contigo a solas.
Como con un recuerdo vivo.

A veces te necesito más
aquellas veces en que el cilicio de mi corazón
se apretuja
restalla el látigo de siete colas
para destrozar la carne de mi necedad.

Entonces la Luna se cubre
con alas de espanto
y la oscuridad gobierna la Tierra.

Comentarios

Yo a ti. Muchísimo. Tanto. Me faltas y te extraño. Me duele esa oscuridad en que yo mismo soy mi propio terror. Te amo; en verdad te amo.

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