BRILLO DE LA NOCHE
A mi anacrónico gemelo

Sobre mi corazón su sonrisa vigila
el mundo con el pelaje estepario.
El joven de plata ríe y adora a los árboles
entre los que camina.
Hombre de alta talla, noble del mundo antiguo.
Metal fundido, fuego del norte.

Hay un verso de acero y golpe en su frente.
Su ira es de hielo terrible y espinas.
Como rey de antaño en su trono púrpura
a veces suelta la oscuridad
de cuervos y lobos
vestidos como él, de plata.
Es endrino y brillante como la noche,
demonio luminoso de pureza remota;
habitante de mi memoria,
regente de mi parnaso,
gobernante incólume de mi pasado.
Héroe de mi futuro.
A él sólo presento tributo y sólo
de él soy devoto.

Impasible, inmóvil, sentado
observa una vez más la Luna entre sus dedos
sonríe, suspira
y se pierde bajo la noche.

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