La llanura
Un día, gotas de hidruro;
un día, bajo la tierra,
la tundra bajo el aire.
Un día, meteoro de cuarenta noches;
un día, corazón de Selinunte;
un día, estrella de Ion
sobre la arena de Ubar.
Una vez, hiedra blanca;
una vez, geometría;
una vez, fuente del carnero.
Y un día, Lofelia,
viento calcáreo,
un día muy debajo;
un día, la oscuridad gorgonina
retumbando en la sombra
en la penumbra sorda
donde, desde entonces, creció el abismo.
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