Sin vista a la calle

Ya te recuerdo
redundante como sol de la mañana
o estrella de la noche.

No había vuelto
ni te había mirado con detenimiento
desde la calle oscura

pero ahora lo hice:
te observé lo más profundamente posible
por un segundo y medio
no más

entonces vinieron los vasos de lluvia
secos de tanto baile
y sueño
que los cubría con laurel y esmeralda

sábana fresca era
muy suave
lozana como hierba recién nacida
en la juventud del mundo.

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