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Mostrando las entradas de octubre, 2012

Cómo pasear un perro

Primero tome una bolsa de plástico y guárdela en su bolsillo trasero derecho (hay que prevenir catástrofes sépticas lo más posible). Después tome la correa. Usted no tiene perro así que puede colgarla de su cuello o enredarla en su mano derecha. Al salir a la calle mantenga su brazo derecho del lado de los autos para que su correa esté del lado de las heces y los orines frescos. Camine unos diez minutos o medio kilómetro (lo que venga primero) y regrese a casa. Si utilizó la bolsa plástica, tírela en un basurero. Si no, guárdela para una ocasión más alegre. Al abrir la puerta permita entrar primero a su lado izquierdo y al final a su lado derecho. Este debe entender quién es el líder. Cuelgue la correa en el perchero, lave sus manos y disfrute de su televisión solitaria.

Remedio casero

Quemarse con un sartén es signo de depresión aguda pero los psicólogos nunca lo dicen porque se avergüenzan de sus mentiras chamuscadas. Lo mejor es quemarse primero y echar agua después so pena de hacer mucho vapor que nuble la nariz. Luego de secarse ya puede uno tomar media cucharada de mostaza, untársela suavemente en la piel y quizá comérsela con un par de galletas saladas.

Hojas secas

     I Se disuelve en jirones el aire todos los días. Nunca se sabe bien quién empieza: la lluvia o la muerte y en realidad no importa porque todo se disuelve entero.      II Cuando me siento cansado de los bocados de hambre tiro todas las sillas al techo y envuelvo cada silencio en toallas limpias para que no escurra por el piso.      III Siempre me ha gustado el invierno porque hace frío y dejo de usar suéteres. También dejo de lado los buenos modales para poder ahogarme en las estrellas.

Barro

Es feo estar sin ti. Como una perla corrupta devorando el mar. La sal marchita el vacío lleno de ciudad y memoria. Es feo, muy feo, eso de tu ausencia porque mancha las paredes, seca los rosales y engalana de mugre las estrellas. El Sol nunca se rinde pero las estrellas mueren de a poco y te lloran a la luna. Es feo que no estés dormida aquí y la fealdad destruye mis ojos. Uno por uno se llenan los vasos de ceniza para que los beba antes de dormir mientras espero el día en que la noche vuelva a su curso.