SERENO
Las ocho quince y todo sereno.
Sereno el día que es noche
y sereno el árbol sin hojas
que fastidien sus ramas.
La luna se durmió hace rato
y yo despierto solo; yo, desierto,
como siempre.
Solo, con el mundo en rotación
y traslación de estúpidos
que son el mismo escribidor
madrugando en los polos.
Y más se reprocha la soledad
cuando uno ha abandonado a todos;
cuando el deseo es concedido.
Nadie que escriba con la tinta
férrica de eritorcitos.
¿Que inspiro? será a olvidar y nada más.
Todos recuerdan pero nadie mueve los labios
y el sol se demora en el sureste.
Las ocho quince y todo sereno.
Sereno el día que es noche
y sereno el árbol sin hojas
que fastidien sus ramas.
La luna se durmió hace rato
y yo despierto solo; yo, desierto,
como siempre.
Solo, con el mundo en rotación
y traslación de estúpidos
que son el mismo escribidor
madrugando en los polos.
Y más se reprocha la soledad
cuando uno ha abandonado a todos;
cuando el deseo es concedido.
Nadie que escriba con la tinta
férrica de eritorcitos.
¿Que inspiro? será a olvidar y nada más.
Todos recuerdan pero nadie mueve los labios
y el sol se demora en el sureste.
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